Versículos de la Biblia por tema / Vida
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.
Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento.»
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.
Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.
Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor.
Así dice el Señor al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán.»
El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe.
Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Esto es lo que he comprobado: que en esta vida lo mejor es comer y beber, y disfrutar del fruto de nuestros afanes. Es lo que Dios nos ha concedido; es lo que nos ha tocado.
Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir.
En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.
Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.
De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.