Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina.
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.