Todos los que han pecado sin conocer la ley también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley por la ley serán juzgados.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará.