En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.
Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.
Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.