Interpretación de la Biblia / Juan 13:34
Este mandato surge en el contexto de la última cena de Jesús con sus discípulos. En este momento crucial, Jesús se enfoca en enseñarles a sus seguidores cuál es el mandamiento principal que deben seguir: "que se amen los unos a los otros".
Jesús hace hincapié en que este mandamiento es "nuevo", lo que indica que requiere una nueva forma de pensar y de actuar por parte de sus discípulos. Este mandamiento va más allá del amor y la bondad que se espera que exista entre las personas; es un amor que debe ser modelado en el amor incondicional que Jesús ha mostrado hacia sus seguidores.
El mandamiento de amarse unos a otros es uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana. Sin embargo, el amor que Jesús nos llama a mostrar no es un amor superficial basado en nuestras emociones, sino un amor sacrificial que da todo por el otro, incluso a costa de uno mismo. Este es el tipo de amor que Jesús demostró al morir en la cruz por nuestros pecados.
Amar a los demás como Jesús nos amó es un desafío que enfrentamos cada día. Requiere que renunciemos a nuestra propia comodidad y egoísmo para servir a los demás y ayudar a satisfacer sus necesidades. Puede significar simplemente escuchar y consolar a alguien que está pasando por un momento difícil, o puede requerir una dedicación constante para ayudar a aquellos que son menos afortunados que nosotros.
Una forma en que podemos aplicar el mandamiento nuevo de Jesús es mostrando amor y compasión hacia nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo. En lugar de centrarnos en nuestras necesidades y deseos, debemos encontrar maneras de apoyar a los demás y trabajar por su bienestar.
También podemos aplicar este mandamiento al servir a nuestra comunidad local o trabajar en proyectos humanitarios internacionales. Estos esfuerzos permiten que podamos compartir el amor de Jesús al servir a aquellos que necesitan nuestro apoyo y ayuda.