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Interpretación de la Biblia / Romanos 8:5

Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.

Romanos 8:5 se centra en la idea de la dualidad de la carne y el Espíritu. Según este versículo, aquellos cuya mente está puesta en la carne piensan en cosas mundanas y temporales, mientras que aquellos cuya mente está puesta en el Espíritu piensan en cosas espirituales y eternas.

Esta dualidad es una idea central de la Biblia y nos desafía a pensar en cómo vivimos y en qué enfocamos nuestra mente.

Mente centrada en la carne

Tener la mente fija en la carne significa aferrarse a los deseos y pasiones del mundo. La carne representa lo temporal, lo material y lo mundano. Este tipo de mentalidad se centra en satisfacer deseos personales y acumular riqueza y bienes materiales. En pocas palabras, la mente carnal se preocupa principalmente de sí misma y de sus necesidades.

Mente centrada en el Espíritu

Por otra parte, tener una mente centrada en el Espíritu significa esforzarse por alcanzar la vida espiritual y eterna. El Espíritu representa lo eterno, lo divino y lo trascendente.

Este tipo de pensamiento se centra en la búsqueda de la santidad, la justicia y la comunión con Dios. La mente centrada en el Espíritu se preocupa principalmente por la voluntad de Dios y el bienestar de los demás.

Libro: Nuevo Testamento / Romanos
Temas: cuerpo, dependencia, vida, obediencia, Espíritu, pensamientos
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