Interpretación de la Biblia / Romanos 6:1-2
En Romanos 6:1, Pablo hace una pregunta retórica para desacreditar la idea de que el pecado puede ser justificado. Él sostiene que la gracia no nos da licencia para pecar, sino que nos da razón para esforzarnos por vivir vidas santas, como dice Romanos 6:2.
Él llama a los creyentes a examinar sus vidas y reflexionar sobre sus acciones en relación con su relación con Dios.
¿Qué enseña este versículo?
Pablo enseña que la abundante gracia de Dios debe ser un incentivo para que los creyentes vivan vidas piadosas, no una excusa para continuar en el pecado. El propósito de la gracia es ayudarnos a ser mejores personas, no darnos permiso para hacer lo que queramos.
Como cristianos, debemos esforzarnos por vivir vidas que reflejen la gracia de Dios que hemos recibido. Esto no sólo nos acerca a Dios, sino que también nos beneficia a nosotros y a quienes nos rodean.
Morir al pecado
La declaración de Pablo en este versículo puede parecer contradictoria para algunos. ¿Cómo puede alguien morir al pecado si todos somos pecadores por naturaleza? La respuesta está en las obras de Jesucristo.
Cuando aceptamos Su sacrificio en la cruz, morimos al pecado en el sentido de que ya no somos sus esclavos. Hemos sido justificados por la fe en Cristo (Romanos 3:28), lo que significa que Dios nos considera justos a pesar de nuestras imperfecciones.
La vida en libertad
La muerte al pecado nos libera para una nueva vida en Cristo. Ya no estamos atados a nuestros deseos y pasiones egoístas, sino que podemos vivir en la libertad del Espíritu Santo.
El versículo 6 del mismo capítulo lo resume de esta manera: “Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado”. Vivir en la libertad que Cristo nos ha dado significa separarnos de todo lo que nos separa de Él y buscar la vida en comunión con Su Palabra.
La tentación de volver al pecado
A pesar de la libertad que tenemos en Cristo, nuestro pecado continúa tentándonos a regresar al pasado. Pablo menciona esto en Romanos 7:15: “No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco”.
En nuestra lucha diaria con el pecado, es importante recordar que nuestra libertad en Cristo no nos deja sin responsabilidad. Debemos esforzarnos continuamente por vivir una vida justa y piadosa, confiando en la fuerza de Dios para resistir la tentación de pecar.