Interpretación de la Biblia / Juan 3:21
El Evangelio de Juan registra las palabras de Jesús mientras hablaba con Nicodemo, un fariseo que quiere saber más sobre los milagros y enseñanzas de Jesús. En esta ocasión, Jesús habla sobre el propósito de su venida a la tierra: salvar a todos los que creen en Él, y cómo podemos lograr esta salvación.
El que practica la verdad
Este versículo habla de “quien practica la verdad”, lo que implica más que simplemente creer en la verdad. Un verdadero discípulo no sólo cree, sino que se compromete diariamente a vivir según la verdad. No puede haber verdadera fe sin acciones sinceras y consistentes. Así pues, la fe y las obras van de la mano.
La verdad se refiere a la Palabra de Dios, que es el fundamento mismo de nuestra fe. Practicar la verdad significa aplicar activamente los principios bíblicos en nuestras vidas y cambiar la manera en que pensamos y actuamos para conformarnos a la voluntad de Dios.
Sale a la luz
Este versículo también habla de “venir a la luz”. La luz aquí simboliza la verdad de Dios que ilumina nuestra oscuridad y revela lo que está oculto. Salir a la luz implica una autoevaluación honesta y una revelación voluntaria de nuestras acciones y hechos a la verdad de Dios. Cuando nuestras acciones quedan al descubierto ante la verdad, se nos da la oportunidad de corregir lo que está mal y seguir adelante, viviendo en la luz.
Las cosas se hacen en Dios
Finalmente, este versículo dice que nuestras obras deben ser “hechas en Dios”. Esto significa que nuestras acciones deben estar de acuerdo con la voluntad de Dios y lograr Sus propósitos. Sin una relación personal con Dios, nuestras obras pueden ser en vano. Al buscar a Dios en oración y estudiar Su Palabra, podemos estar seguros de que nuestras acciones se realizan para Su gloria.