Interpretación de la Biblia / Romanos 6:15
En Romanos 6, San Pablo aborda el problema de cómo el pecado nos separa de Dios y cómo el sacrificio de Jesús nos reconcilia con Él. En el versículo 15 el apóstol se plantea una pregunta retórica y responde con decisión.
¿Qué significa “ley” en este contexto?
En el judaísmo, "ley" se refiere al conjunto de mandamientos y reglas que Dios dio a su pueblo a través de Moisés en el Antiguo Testamento. Sin embargo, con la llegada de Jesucristo, la “ley” adquirió un significado diferente. En este caso, “ley” se refiere a la justicia de Dios y a los valores que deben guiar la vida del cristiano, como el amor, el perdón y la solidaridad.
No estamos bajo la ley, sino bajo la gracia
En su carta a los Romanos, San Pablo explica que la venida de Jesucristo representa un cambio radical en la forma en que las personas pueden acercarse a Dios. En el pasado, guardar la “ley” nos permitía obtener la gracia divina. Pero con la muerte y resurrección de Jesús, la gracia se convierte en un don gratuito, que se nos ofrece por amor a Dios.
¿Por qué no debemos pecar incluso si no estamos bajo la ley?
El hecho de que estemos bajo la gracia no significa que podamos pecar impunemente. Al contrario, el amor de Dios nos llama a vivir en coherencia con los valores que Jesús nos enseñó y que se reflejan en el Evangelio.
En el versículo 16 de la misma epístola, san Pablo explica: “¿Acaso no saben ustedes que cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte o de la obediencia que lleva a la justicia".
¿Qué nos dice este versículo acerca de la moral cristiana?
La moral cristiana no se basa en la observancia de una serie de reglas externas, sino en la búsqueda de la justicia y el amor. El pecado no es sólo hacer algo prohibido, sino alejarse de Dios y de los valores que Él representa. Por eso, la reflexión y la introspección son necesarias para saber cómo actuar en cada momento.