Interpretación de la Biblia / Romanos 3:21-22
La Biblia es una colección de libros sagrados que contienen mucha sabiduría, historias y enseñanzas fundamentales que pueden aplicarse a nuestras vidas. Algunos de los versículos bíblicos más poderosos son Romanos 3:21-22, que habla de la justicia de Dios y cómo se manifiesta en nuestras vidas.
¿Qué significa “La Justicia de Dios”?
La justicia de Dios implica Su bondad, Su verdad y Su amor. Esta es Su manera de hacer lo correcto y hacer lo que es correcto. Por lo tanto, la justicia de Dios es Su manera de tratar con las personas de acuerdo con Su carácter perfecto. Aunque todos hemos pecado y estamos destituidos de Su perfección, mediante la fe en Jesucristo podemos ser justificados por Dios.
La ley del Antiguo Testamento
Romanos 3:21 dice que la justicia de Dios se manifestó “sin la mediación de la ley”. Esto se refiere a la ley del Antiguo Testamento dada a Moisés, que consiste en los Diez Mandamientos y muchas otras reglas y regulaciones. La Ley fue dada para que el pueblo de Israel pudiera seguir a Dios, pero también fue un recordatorio constante de su fracaso en cumplirla.
La justicia de Dios revelada
A pesar de la Ley, Dios reveló Su Justicia a través de los Profetas del Antiguo Testamento. Estos hombres y mujeres fueron llamados a proclamar la verdad de Dios y llevar Su mensaje de justicia, amor y misericordia al mundo. Recordaron al pueblo de Israel que, a pesar de su fracaso en cumplir la Ley, Dios seguía siendo justo y fiel a sus obligaciones.
Justificación por la fe
Es por esta razón que la justicia de Dios se manifiesta en nosotros a través de la fe en Jesucristo. Como está escrito: "pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó" (Romanos 3:23-24).
La justificación por la fe en Jesucristo significa que podemos ser declarados justos ante Dios no por nuestros propios méritos, sino por la obra de Jesús en la cruz. Él murió por nuestros pecados para que pudiéramos ser restaurados a una relación con Dios y tener vida eterna.
No hay diferencia
El versículo termina con la frase: “no hay distinción”. Esto significa que, independientemente de su origen étnico, educación, estatus social o cualquier otra cosa que lo haga diferente de los demás, la justicia de Dios está disponible para usted.
La justicia de Dios está disponible para todas las personas, independientemente de sus diferencias. A los ojos de Dios no hay diferencias entre las personas, todos somos iguales ante Él.