Interpretación de la Biblia / Juan 16:33

Juan 16:33 es parte del último discurso de Jesús a sus discípulos antes de Su arresto y crucifixión. En esta conversación, Jesús intenta preparar a sus discípulos para lo que vendrá y les da las herramientas y la fuerza para afrontar la persecución que experimentarán después de Su partida.

Paz en Jesús

En este versículo, Jesús promete a sus discípulos que en Él podrán encontrar paz incluso en medio de la adversidad. La promesa de Jesús no es que Sus seguidores no tendrán dolores en sus vidas, sino que a pesar de sus dolores, podrán encontrar paz en Él.

Esta paz que ofrece Jesús es diferente de la paz del resto del mundo. La paz mundial puede depender de las circunstancias, las relaciones o la riqueza material. Por otro lado, la paz de Jesús es una paz que trasciende las circunstancias. Es la paz que viene de una relación con Él.

Desgracia en el mundo

Jesús también reconoce que habrá sufrimiento en este mundo. No hace falta ir muy lejos para ver los problemas que hay en el mundo. Hay dolor, pérdida, sufrimiento emocional y físico y ansiedad. Las desgracias pueden surgir por muchas razones, pero Jesús no promete una vida cómoda y libre de problemas si seguimos Sus enseñanzas.

Jesús advierte a sus discípulos y a nosotros que debemos estar preparados para afrontar las dificultades en nuestra vida. Sin embargo, podemos estar seguros de que no estamos solos en nuestro dolor.

Jesús conquistó el mundo

Jesús termina el versículo con las palabras: “pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. Esta declaración es una confirmación de la victoria de Jesús sobre las fuerzas del mal en el mundo.

La victoria de Jesús sobre el mundo no se logró mediante la violencia o la fuerza física, sino mediante Su muerte en la cruz y su resurrección al tercer día. Jesús venció al mundo sometiéndose a la muerte y al pecado, allanando así el camino para que sus seguidores superen el sufrimiento y el pecado en sus propias vidas.