Interpretación de la Biblia / Hechos 10:34-35
Para entender el significado de Hechos 10:34-35, es necesario tener un contexto histórico y religioso. Este pasaje habla de un funcionario romano llamado Cornelio, que era un hombre justo y piadoso. Aunque era pagano, es decir, no judío, creía en Dios y hacía buenas obras.
En aquella época, los judíos consideraban a los paganos impuros e indignos de formar parte de la comunidad religiosa. Sin embargo, Dios le mostró a Pedro en una visión que no debía llamar común lo que Él había santificado. Luego Pedro visitó a Cornelio y le predicó el evangelio de Jesucristo.
¿Qué significa que “Dios no hay favoritismos”?
La gente a menudo desarrolla nociones preconcebidas sobre la religión y cree que sólo ciertos grupos de personas son dignos de la salvación. Sin embargo, Hechos 10:34 nos enseña que este no es el caso. Dios no muestra favoritismo ni elige a ciertas personas en función de su etnicidad, riqueza, nacionalidad o cualquier otra característica.
De hecho, Dios es accesible a todos, independientemente de su origen, raza, género o estatus social. De hecho, esta idea no es nueva en la Biblia, la podemos encontrar en otros pasajes, como Romanos 2:11, que dice: “Porque con Dios no hay favoritismos”.
El significado de la frase “Dios no hay favoritismos”
El principio de que “Dios no hay favoritismos” tiene implicaciones importantes. En primer lugar, significa que todos somos iguales ante Dios. Nadie es más digno de Su amor, gracia y misericordia que otro. Además, significa que todos tienen derecho a encontrar la salvación en Cristo y a ser aceptados como hijos de Dios.
Este principio también significa que los cristianos deben abstenerse de juzgar a otros en función de su género, raza o origen. Todos los cristianos deben esforzarse por ser inclusivos y aceptar a todas las personas, independientemente de su origen o personalidad.