Interpretación de la Biblia / Juan 1:12

Uno de los versículos más poderosos y fundamentales de la Biblia es Juan 1:12. Nos muestra cómo aquellos que aceptan a Jesús y creen en Su nombre se convierten en hijos de Dios. No sólo eso, sino que se nos dice que estos nuevos hijos de Dios tienen la autoridad y el poder de vivir vidas transformadas y ser ejemplos de amor y fe para los demás.

El papel de la fe y la adopción divina

Para entender este versículo, primero debemos entender que Jesús ofrece a los creyentes la adopción. Esta adopción no es como la que vemos en el mundo terrenal, sino más bien como la adopción divina. Al recibir a Jesús por la fe, Dios nos adoptó como sus hijos.

Pero ¿cómo aceptamos a Jesús? La respuesta es sencilla: por la fe. Creer en el nombre de Jesús significa creer en Él y en lo que Él representa. Esto incluye creer que Jesús es el Hijo de Dios que murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día para darnos vida eterna. Creer en su nombre es aceptar Su sacrificio como sustituto por nuestros propios pecados.

El poder de ser hijos de Dios

Al creer en Jesús y aceptarlo en nuestras vidas, recibimos un poder inimaginable. Hemos llegado a ser hijos de Dios y coherederos de Cristo. Esto significa que tenemos acceso a todo lo que Dios ha preparado para nosotros. Como hijos de Dios, podemos acudir a Él con confianza en cualquier momento, sintiéndonos seguros y amados incondicionalmente por Él.

Además, como hijos de Dios, tenemos la autoridad y el poder de vivir vidas transformadas por Su Espíritu. Podemos resistir la tentación, superar el miedo y encontrar la fuerza para perdonar y amar incluso en circunstancias difíciles.