Interpretación de la Biblia / 2 Corintios 13:11
El versículo de 2 Corintios 13:11 representa la instrucción final de Pablo a la iglesia de Corinto en su segunda epístola. En su carta a los creyentes de Corinto, Pablo los reprende por la inmoralidad sexual y el desorden en su adoración.
Después de llamarlos a arrepentirse y reformarse, Pablo les da instrucciones y aliento para esforzarse por lograr la unidad y la armonía en Cristo y vivir vidas cristianas gozosas y perfectas.
El llamado a la perfección en Cristo
La palabra “perfecto” viene de la palabra griega “katartizesthe”, que significa adaptar, equipar, preparar o restaurar. Esta palabra se utiliza para describir la preparación de una persona para realizar una tarea o arreglar algo que está torcido o roto. En este versículo, Pablo llama a los cristianos de Corinto a alcanzar la madurez cristiana, a dejar el pecado y a entrar en una relación más profunda con Cristo.
Este llamado a la perfección no significa que debemos ser perfectos como Dios es perfecto, porque eso es imposible para el hombre, sino que debemos ser perfectos en nuestro amor a Dios y a los demás, en nuestra obediencia a la voluntad de Dios y en el desarrollo de nuestro carácter cristiano. Debemos esforzarnos continuamente por transformar y renovar nuestras mentes y corazones a través de la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes.
Un llamado a la unidad en Cristo
Pablo también anima a los corintios a tener “un mismo sentir” para que puedan vivir en paz. La unidad es necesaria para la iglesia porque cuando los creyentes están divididos, la iglesia pierde su poder e influencia. Debemos esforzarnos por lograr la unidad y la armonía en todo, tratando siempre de poner los intereses de los demás por encima de los nuestros y perdonando las ofensas que nos infligen los demás.
La verdad es que la unidad no es algo que podamos lograr mediante nuestros propios esfuerzos, sino más bien el fruto del Espíritu Santo trabajando en nosotros cuando nos sometemos a Él. Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos dé un corazón humilde y una mente renovada para que podamos amar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo incluso cuando no estemos de acuerdo con ellos.
Dios de paz y amor estará contigo
La promesa final de Pablo en este versículo es que si los cristianos corintios buscaban la perfección, la unidad y la paz, el Dios de paz y amor estaría con ellos. Esta promesa se aplica también a nosotros hoy. Mientras nos esforzamos por alcanzar la perfección, la unidad y la paz en nuestras vidas y relaciones, Dios estará con nosotros para guiarnos y fortalecernos.