Interpretación de la Biblia / 2 Corintios 10:17-18
2 Corintios 10:17-18 contiene una reflexión importante sobre la necesidad de reconocer la aprobación que viene del Señor. Esto significa que debemos ser humildes y no tratar de alabarnos a nosotros mismos, porque la verdadera aprobación viene de Dios.
La glorificación en la cultura contemporánea
En la cultura moderna, el autoelogio está en todas partes: en las redes sociales, en la publicidad, en el éxito profesional y personal, en el consumo excesivo, en la vanidad y en la arrogancia. Este comportamiento se considera normal e incluso deseable, pero a menudo conduce a frustración e insatisfacción.
Estos versículos nos desafían a pensar en nuestras intenciones y comportamiento y a considerar si estamos buscando nuestro propio beneficio o el de Dios.
La verdadera gloria
Cuando nos glorificamos a nosotros mismos, nos ponemos en el centro de nuestra vida y nos distanciamos de lo que es verdaderamente importante. Por el contrario, cuando nos glorificamos en el Señor, nos damos cuenta de que Él es el centro de nuestras vidas y nos esforzamos por seguir Su voluntad.
La verdadera gloria reside en seguir y obedecer a Dios, en amar y servir a los demás, y en buscar la justicia y la paz en un mundo lleno de injusticia y conflicto. Ésta es la verdadera fuente de felicidad y satisfacción.
Alabanza del Señor
En este sentido, es importante entender que la aprobación de Dios no se basa en nuestros logros o habilidades. No se trata de perfección ni de tener habilidades especiales. La aprobación de Dios se basa en nuestra humildad y voluntad de seguir Sus enseñanzas y buscar siempre Su voluntad.
Como cristianos, debemos esforzarnos por vivir de acuerdo con los valores y enseñanzas de la Biblia. La humildad es uno de los valores más importantes que debemos desarrollar. Debemos reconocer que todo lo que tenemos y todo lo que somos se debe a la gracia de Dios y no a nuestros propios méritos.
Además, debemos aprender a valorar la aprobación de Dios por encima de la aprobación de los demás. A menudo buscamos la aprobación de los demás, pero esto no siempre nos lleva por el camino correcto. Si queremos vivir según la voluntad de Dios, debemos buscar siempre Su aprobación.
Por otro lado, también es importante recordar que estos versículos no significan que no debamos reconocer o dar la bienvenida a las buenas acciones de los demás. Si vemos a alguien haciendo algo bueno, debemos expresarle nuestro aprecio y reconocimiento. Sin embargo, debemos hacerlo con sinceridad y humildad, sabiendo que todo lo que hacemos viene de la mano de Dios.