Interpretación de la Biblia / Romanos 1:11-12
El apóstol Pablo escribió la Epístola a los Romanos mientras estaba en Corinto recolectando fondos necesarios para los creyentes pobres de Jerusalén. Durante su estancia allí tuvo un gran deseo de visitar la iglesia en Roma para fortalecerla y edificarla.
En Romanos 1:11, Pablo expresa su deseo de asistir a la iglesia para compartir dones espirituales y fortalecer a los creyentes. Los dones espirituales son habilidades divinas que el Espíritu Santo da a los creyentes para el servicio y la edificación de la iglesia. Pablo quería compartir estos dones con la iglesia en Roma para que crecieran en su fe y testimonio.
El significado de los dones espirituales
¿Qué son los dones espirituales? En 1 Corintios 12:4-11 Pablo dice que los dones son manifestaciones del Espíritu Santo para beneficio de la sociedad. Los dones incluyen sabiduría, conocimiento, fe, sanidad, milagros, profecía, discernimiento espiritual, lenguas y su interpretación. Cada creyente recibe un don espiritual para la edificación de la iglesia.
Cuando Pablo dice que quiere compartir algún don espiritual con la iglesia en Roma, podría haber tenido cualquiera de estos dones en mente. Lo importante es que el don que comparte fortalezca y edifique a los creyentes.
Consuelo conjunto
En el versículo 12 Pablo explica que su deseo de visitarlos no era sólo para enseñar, sino también para ser consolado por nuestra fe común. Este versículo nos da una idea de la importancia de la comunión y la conexión en nuestra fe cristiana.
La palabra “consuelo” en este versículo puede entenderse como el fortalecimiento que proviene de la comunión con otros creyentes. Es decir, cuando nos reunimos con otros cristianos, podemos encontrar consuelo, apoyo y estímulo en nuestra fe.
La idea de una “fe común” nos muestra que nuestra fe cristiana no es algo que se vive individualmente, sino un compromiso compartido con otros creyentes. Al compartir una fe común con otros, podemos ayudarnos mutuamente a crecer espiritualmente y permanecer firmes en nuestras convicciones cristianas.