Interpretación de la Biblia / Juan 20:29
El versículo 29 del capitulo 20 del evangelio de Juan relata un diálogo entre Jesús resucitado y Tomás, uno de los doce discípulos. Tomás no había estado presente cuando Jesús apareció a los demás discípulos después de su resurrección y se negaba a creer que Jesús había resucitado sin verlo con sus propios ojos. jesús se acerca a Tomás y le invita a tocar sus llagas para que crea que es Él. Tomás entonces exclama: "Señor mío y Dios mío", reconociendo a Jesús y aceptando su resurrección.
En este versículo, Jesús hace una declaración profunda sobre la fe y la importancia de creer sin necesidad de ver las pruebas con nuestros propios ojos. Él está reconociendo que los que creen en Él sin haberlo visto físicamente son más afortunados que los que siguieron su camino durante su ministerio terrestre.
Esta afirmación no es una crítica a Tomás o a cualquier otra persona que necesite ver para creer, sino que es una afirmación sobre la naturaleza de la fe. Jesús está diciendo que aquellos que creen en Él sin necesidad de pruebas físicas tienen una fe aún mayor y más profunda que aquellos que necesitan verlo para creer.