Interpretación de la Biblia / Isaías 61:10
El versículo 10 de Isaías 61 nos presenta una imagen vívida de regocijo y felicidad en Dios. El profeta expresa su gran alegría y su alma se regocija por la gracia que Dios le ha otorgado. Esta alegría se basa en el hecho de que Dios le ha vestido con "vestiduras de salvación" y le ha rodeado con "manto de justicia". Estas dos expresiones señalan la provisión divina para la salvación y la justicia del ser humano. Él ha sido salvado de la esclavitud del pecado y ha sido declarado justo ante Dios.
La imagen de la vestidura de salvación es utilizada para describir la obra redentora de Cristo. La salvación no se trata solo de una declaración de perdón de pecados, sino que también implica una transformación total del ser humano. Como lo describe el apóstol Pablo en Efesios 4:24, "y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad". Es decir, la salvación nos lleva a una vida nueva en Cristo, una vida que es justa y santa ante Dios.
Por otro lado, el "manto de justicia" se refiere a la justificación que se obtiene por la fe en Jesucristo. La justificación significa que, aunque somos pecadores, Dios nos declara justos a través de la obra de su Hijo. Esto es posible gracias a que Cristo tomó nuestra culpa y cargó sobre sí mismo nuestras transgresiones. En palabras del apóstol Pablo en 2 Corintios 5:21, "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él".
La imagen final de la novia ataviada y adornada describe la belleza que Dios otorga a aquellos que han sido salvados y justificados. Es decir, Dios nos ve como una novia hermosa y radiante, adornada con las joyas más preciosas. Esto representa que nuestra relación con Dios no es solo de salvación y justicia, sino de amor y entrega.