Interpretación de la Biblia / 2 Juan 1:8
Nuestras acciones y decisiones tienen consecuencias, tanto en nuestra vida presente como en el futuro. Este versículo del segundo libro de Juan enfatiza la importancia de cuidar de nosotros mismos, de nuestras acciones, para no perder los frutos de nuestro trabajo, sino recibir la recompensa completa.
En una sociedad que a menudo pone más énfasis en la apariencia y en la búsqueda constante de la felicidad material, el mensaje de este versículo es especialmente importante. Encontrarnos a nosotros mismos implica una profunda introspección, la conciencia de nuestros propios valores, nuestras prioridades y nuestras acciones. Es fácil dejarse llevar por el flujo de lo que otros hacen y piensan, pero para recibir la recompensa completa debemos ser fieles a nosotros mismos y a los principios que nos gobiernan.
Perder los frutos de nuestro trabajo es un sentimiento de decepción. Esto puede suceder por diversas razones: por falta de atención a los detalles, porque no dimos nuestro mejor esfuerzo, porque actuamos de manera egoísta o poco ética, etc. El llamado de este versículo es a ser conscientes de nuestras acciones, a aceptar tomar decisiones adecuadas y esforzarnos cada día por no perder lo que hemos sembrado.