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Interpretación de la Biblia / Salmo 118:25-26

Señor, ¡danos la salvación! Señor, ¡concédenos la victoria! Bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos.

El Salmo 118 es un cántico de alabanza y acción de gracias a Dios por Su poder y misericordia. El versículo 25 contiene una súplica conmovedora en la que el salmista ruega a Dios que los salve y les conceda prosperidad presente. Esta oración es una expresión de esperanza y confianza en la providencia divina, y refleja también la necesidad de ayuda y protección de una persona frente a las dificultades.

Señor, sálvanos ahora

El salmista dirige su primera petición al Señor, Dios de Israel. Una petición de salvación implica una situación de peligro o angustia donde se necesita la intervención divina. Esta petición va más allá de una simple petición de ayuda; Es una declaración de fe en la capacidad de Dios para satisfacer nuestras necesidades en tiempos de crisis. El salmista sabe que sólo Dios puede salvarlo de la adversidad y por eso le pide ayuda.

Gracias a Dios

El Salmo 118:26 es una proclamación de bendición para aquellos que vienen en el nombre del Señor. Es una proclamación de alegría y exultación en la presencia del Señor. Este versículo se encuentra en el Libro de los Salmos, que es una colección de poemas y canciones utilizados en el culto judío y cristiano.

En el contexto del Salmo 118, el autor expresa su gratitud a Dios por salvarlo de sus enemigos y mostrarle su amor inagotable en medio de la adversidad. El versículo 26 expresa su confianza en que Dios continuará protegiéndolo y guiándolo en el futuro.

Bendiciones a los que vienen en el nombre del Señor

La frase “bendito el que viene en el nombre del Señor” se ha utilizado a lo largo de la historia como expresión de saludo y alabanza. Los judíos lo recitan durante las festividades de Sucot y Pascua, y los cristianos lo utilizan durante la celebración del Domingo de Ramos en memoria de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Esta frase también se interpreta como referencia a los mensajeros de Dios. Los profetas y apóstoles fueron enviados por Dios para predicar Su palabra y llevar Su mensaje al mundo. De hecho, en el Nuevo Testamento, Jesús se llama a sí mismo un hombre enviado por Dios para traer la salvación al mundo.

Temas: bendición, Pascua, superación, Salvación
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