Interpretación de la Biblia / Judas 1:20-21
Judas, el hermano de Santiago, escribió una carta de amonestación a los cristianos del primer siglo que estaban amenazados por falsos maestros que se habían infiltrado en la iglesia. Los versículos 20 y 21 de su carta son un llamado a los creyentes a construir sus vidas sobre la fe en Jesucristo y la oración en el Espíritu Santo.
La fe es la base de nuestra relación con Dios. Sin esto es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Pero la fe no es algo que puedas construir por tu cuenta. Es un don de Dios que debemos recibir mediante la fe (Efesios 2:8-9). Y una vez que hemos recibido la fe, debemos construir nuestra vida sobre ella.
La fe no es sólo creer que Dios existe. Es confiar en Él y en Su Palabra. Es fe en que Él es fiel y que cumplirá Sus promesas. Es seguridad de lo que esperamos y seguridad de lo que no vemos (Hebreos 11:1). Cuando construimos nuestra vida sobre esta fe, no seremos sacudidos por las pruebas y tentaciones que se nos presenten.
La oración es otro aspecto importante de nuestra relación con Dios. Es una manera de comunicarnos con Él, adorarlo, pedirle ayuda, agradecerle, interceder por los demás, etc. Pero la oración no es sólo hablar en voz alta o permanecer en silencio. Es un acto espiritual que debe realizarse por el poder del Espíritu Santo.
Orar en el Espíritu Santo significa que le permitimos guiar nuestras oraciones. Esto permite que el Espíritu interceda por nosotros con gemidos inexpresables (Romanos 8:26-27). Significa estar en armonía con Dios y Su voluntad. Cuando oramos en el Espíritu, nuestras oraciones son efectivas y poderosas.