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Interpretación de la Biblia / 2 Pedro 1:4

Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.

2 Pedro 1:4 muestra la grandeza de las promesas que Dios nos ha hecho para hacernos partícipes de su naturaleza divina. Esta promesa es un tesoro incalculable y representa una gran responsabilidad para quienes buscan seguir las enseñanzas de Cristo y serle fieles.

Preciosas y grandes promesas

El apóstol Pedro menciona las maravillosas promesas que Dios nos ha dado y que son la clave para llegar a ser participantes de Su naturaleza Divina. Estas promesas incluyen el perdón de los pecados, la vida eterna, el consuelo en tiempos difíciles, la paz interior y la presencia de Dios en nuestra vida diaria. Cada uno de estos dones es invaluable y nos ayuda a fortalecernos en nuestra fe cristiana.

Huyendo de la corrupción de la lujuria

El mundo está lleno de corrupción, tentaciones y pasiones desenfrenadas que pueden llevarnos por el camino equivocado. Pero en este versículo, Pedro nos llama a huir de todo lo que corrompe nuestra alma y nos aleja de la presencia de Dios.

Naturaleza divina

Ser partícipes de la naturaleza divina es una meta que parece inalcanzable, pero Pedro nos anima a esforzarnos por lograrla. La naturaleza divina se encuentra en la esencia de Dios, Su amor, Su misericordia y Su justicia.

Pero para lograrlo, debemos renovar nuestra mente, vivir una vida santa y esforzarnos por parecernos cada vez más a Jesús. Sólo así podremos manifestar la naturaleza divina en nuestras vidas y convertirnos en agentes de Su Reino en la tierra.

Libro: Nuevo Testamento / 2 Pedro
Temas: deseo, promesas, recompensa, mundo
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