Interpretación de la Biblia / Gálatas 6:8

Este versículo en Gálatas 6:8 habla sobre el proceso de sembrar y cosechar y cómo la elección de lo que sembramos nos afecta. En otras palabras, nuestros pensamientos y acciones tienen consecuencias, y es importante pensar en lo que sembramos. Según este versículo, el que siembra para la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu segará vida eterna.

El término "carne" se refiere a nuestra naturaleza pecaminosa. Hablamos de todo lo que hacemos por nosotros mismos, sin tener en cuenta los mandamientos de Dios. Es fácil sucumbir a la tentación de vivir en pos de nuestras necesidades y deseos egoístas, y desafortunadamente, es ahí cuando más perdemos. Cuando elegimos seguir nuestro propio camino, sembramos las semillas del mal, y eso es lo que tendremos que cosechar a largo plazo.

Sembrar en el Espíritu significa seguir los mandamientos de Dios

Sin embargo, si sembramos para el Espíritu, cosecharemos frutos de obediencia y justicia. Sembrar según el Espíritu significa seguir los mandamientos de Dios, buscar Su voluntad y actuar en consecuencia. Cuando buscamos Su Reino y Su justicia, nuestra recompensa es la vida eterna. La elección de sembrar en el Espíritu es siempre la elección correcta.

Es importante entender que las consecuencias de nuestras acciones son reales y duraderas. No sólo estamos plantando semillas de acción, sino que estamos sembrando semillas que crecerán y darán fruto. La corrupción que sigue a la siembra de la carne conduce a la destrucción espiritual y a la muerte eterna, mientras que la siembra del Espíritu nos conduce a la vida eterna y a la paz.