Interpretación de la Biblia / Juan 1:18
Juan 1:18 es un versículo muy conocido y citado en la comunidad cristiana porque habla de la relación entre Dios Padre y Su Hijo Jesucristo. Este pasaje nos permite comprender cómo Dios se revela a través de Su Hijo, quien no sólo es Su descendiente sino también parte de Su divinidad.
En la primera parte del versículo, Juan afirma que nadie ha visto jamás a Dios. Aunque esto pueda parecer una contradicción en la Biblia, debemos entender que Dios es un ser espiritual y las limitaciones humanas nos impiden percibirlo físicamente. De hecho, en Éxodo 33:20 Dios le dice a Moisés que ningún hombre podrá ver Su rostro y vivir. Así, Dios se presenta como un ser intangible e invisible.
Sin embargo, en la segunda parte del versículo Juan dice que el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer. Esto se refiere a Jesucristo, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Jesús es la encarnación de Dios, es decir, es Dios hecho hombre. Como el mismo Jesús explicó en Juan 14:9: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. Así, en Jesús podemos conocer y sentir la presencia de Dios.
Este versículo nos enseña que Jesús es la imagen perfecta de Dios. Si queremos conocer a Dios y entender su carácter, sólo necesitamos mirar a Jesús. En los Evangelios podemos encontrar muchos ejemplos de cómo Jesús nos muestra la voluntad de Dios para nuestras vidas. Por ejemplo, a través de Sus enseñanzas podemos entender que amar al prójimo y tratarlo con justicia son mandamientos importantes que nos permiten acercarnos a Dios.
Además, este versículo nos da la oportunidad de pensar en cómo percibimos a Dios. Muchos de nosotros podemos tener una idea errónea o limitada de quién es Dios. Por lo tanto, debemos estar abiertos a aprender más acerca de Él a través de la oración y el estudio de la Palabra.