Interpretación de la Biblia / Mateo 27:28-29
Mateo 27: 28-29 son versículos bíblicos que describen uno de los pasajes más vívidos en la historia de Jesús. Después de la flagelación, los soldados romanos le colocaron una corona de espinas en la cabeza y le dieron una caña como si fuera un cetro. Este pasaje bíblico nos llama a pensar en el significado del sufrimiento de Cristo.
Para comprender mejor el significado de estos versículos, es necesario conocer el contexto en el que se encuentran. Mateo 27 cuenta la historia de la crucifixión de Jesús y cómo fue llevado ante Pilato para ser juzgado. Después de golpearlo y humillarlo, los soldados romanos se burlan de Él y le colocan un manto escarlata en la espalda antes de llevarlo a la cruz. Este manto simboliza el dolor y la vergüenza que experimentó Jesús antes de Su muerte.
La crueldad de la crucifixión
La crucifixión en sí era una forma cruel de tortura utilizada por los romanos para castigar a los criminales. Pero los soldados no se detuvieron allí. Añadieron la corona de espinas, dando a entender que las espinas fueron clavadas en la cabeza de Jesús, causándole un dolor inimaginable.
Además, le golpearon con un palo y se burlaron de Él como si fuera un rey, cuando en realidad estaba siendo condenado a muerte por supuestamente incitar a la rebelión.
Jesús, el humilde rey
Sin embargo, es interesante ver cómo respondió Jesús a esta extrema humillación. Él no se enojó ni se defendió. En cambio, permaneció tranquilo y manso, haciendo la voluntad de Su Padre Celestial.
Este aspecto de la historia nos recuerda que Jesús vino al mundo no para convertirse en un rey terrenal, sino para convertirse en el Salvador del mundo. Jesús sabía que Su verdadero Reino no era de este mundo sino del cielo, donde Él reina en gloria con Su Padre Celestial.